domingo, 31 de diciembre de 2017

10 recomendaciones de 2017 (cine)

2017 termina y en cuanto a cine estoy bastante contento con el resultado. A diferencia de 2016, que pareció que la mitad de los guionistas se habían tomado un año sabático y los productores contrataron monos para sustituirlos, este año hemos tenido películas muy interesantes, entretenidas y bastante emotivas en casi cualquier género.
Desgraciadamente no he tenido la oportunidad de ver todo lo que ha salido así que no puedo hablar de las 10 mejores películas del año. En su lugar voy a hablar de las 10 que más me han gustado.

La La Land:

La prueba de que los musicales aún funcionan hoy en día. Claro que La La Land no es un musical cualquiera. Su mensaje es claro y supone un duro golpe de realidad, y aunque su estética sea muy colorida y fantasiosa (lo que hace que sea preciosa visualmente), rompe con muchos de los estereotipos más comunes del género.




Logan:

Sin ser una película de superhéroes, es para mí la mejor película de superhéroes del año. Es muy interesante sacar a dos personajes como Lobezno y el profesor X de su ambiente habitual y ver como se desenvuelven en una road movie. Supone el final perfecto para una saga que a pesar de tener unos cuantos altibajos nos ha dado muy buenos momentos.




Life:

No se ha hablado mucho de esta, pero recuerdo salir del cine sin palabras y con el cuerpo muy frío. Puro space horror. A nivel de ciencia está muy bien y a nivel de terror es lo que toda peli de terror debería ser. El miedo que infunde no viene de repullos, música tensa o falta de iluminación, sino que viene del propio agobio de los personajes. Necesitamos más pelis como esta.




Alien: Covenant:

¿Qué pasa si mezclas Prometheus, Alien 2 y el octavo pasajero en una sola película? Que te sale Alien: Covenant. Fue muy criticada pero es pura ciencia ficción tal y como se concibió en principio. Sigue la línea de Prometheus planteando las mismas cuestiones metafísicas pero con un desarrollo sorprendente. Y a pesar de lo que digan, mantiene la esencia de Alien.




Déjame salir (Get Out):

Todavía no sé si es una peli de terror o no. Si es terror su planteamiento y su desarrollo molan bastante. La peli avanza con un constante “¿qué coño está pasando aquí?” y esa es la duda que te identifica con un protagonista que se siente tan incómodo como tú. Muy atípica, pero de no serlo no destacaría.




Baby Driver:

Obra maestra es un término que se queda corto. Solo la he visto una vez pero ya es mi película favorita de Edgar Wright y una de mis pelis favoritas en general. Sus escenas de acción son magistrales, las actuaciones perfectas y los personajes carismáticos a más no poder. Lo mejor de todo, si es que se puede destacar algo por encima de lo demás, es el uso de la música durante todo el largometraje.




Dunkerque:

Nolan siempre destaca y este año lo ha hecho con buen cine bélico. Todo está bastante bien, pero destaco principalmente factores como la cámara y los efectos de sonido, los cuales te hacen meterte en la película de tal forma que te sientes dentro de una guerra. La principal característica es la narración de tres historias distintas dentro del mismo escenario. Como siempre pasa con Nolan, queda un poco confuso pero si enlazas bien las tramas queda bastante chulo.
Por cierto Nolan, en la próxima peli a ver si le pones más cosas en la cara a Tom Hardy que todavía tiene margen para actuar bien.




Spider-Man Homecoming:

Opino que Marvel no ha dado la talla y este ha sido su peor año hasta ahora, pero con Spider-Man se han defendido bastante bien. Es la primera peli del hombre araña en el UCM y la jugada ha sido arriesgada pero ha dado buen resultado. Nos ofrecen un nuevo concepto de Spider-Man más adaptado a todo lo que es el UCM y es interesante ver una perspectiva del universo Marvel a través de los ojos de la gente normal y corriente. En cierto modo se puede considerar un spin-off de Civil War, pero no quita que sea un buen punto de partida para el personaje más icónico de la Casa de las Ideas.




Blade Runner 2049:

¿Sabéis esas secuelas modernas de pelis clásicas que dejan en mal lugar a la saga? Pues este no es el caso. Es tan buena como la original y también puede considerarse una obra maestra de la ciencia ficción. Explora muchos aspectos del mundo de Blade Runner que no vimos en su predecesora y retoma las mismas cuestiones dándoles un nuevo punto de vista. Visualmente es preciosa y la banda sonora le va como anillo al dedo. No es solo de lo mejor del año sino que es de lo mejor del siglo.




Star Wars: los últimos Jedi

Si antes le he dado valor a mantener el espíritu de las sagas ahora le doy valor a no mantenerlo. En este episodio se rompe el ya clásico y repetitivo esquema de Star Wars y se abre un nuevo camino para la saga. Y el resultado es bastante bueno. Vemos como todos los personajes son puestos en situaciones conflictivas con ellos mismos y qué métodos usan para resolverlas, dándonos a conocer nuevas facetas de ellos que no nos dejarán indiferentes. Los efectos visuales son más impresionantes que nunca.
No sabría darle un puesto en mi ranking de Star Wars, pero sé que está entre mis tres favoritas de la saga.




Probablemente durante 2018 escriba críticas más amplias de estas películas a medida que las vea de nuevo, que es algo que tengo por seguro hacer.
Mantengamos las expectativas altas para el cine del 2018 y ojalá que sea al menos tan bueno como 2017. Al menos.

¡Feliz año nuevo!


miércoles, 27 de diciembre de 2017

La Jungla de Cristal (Die Hard) (Análisis)

Bienvenidos a Nueva Attilan. Debido a las fechas en las que nos encontramos quería comenzar este blog repasando una de las películas más navideñas de toda la historia. Seguramente todos la hemos visto y todos sabemos lo buena que es, pero quizás nunca nos hemos parado a pensar en los detalles que la hacen tan buena. Por ese motivo redacto todo esto, pero antes de comenzar te advierto de que va a contener muchos spoilers, así que si no has visto esta joya cinematográfica deja ahora lo que estés haciendo (incluido leer esta publicación) y ponte a disfrutarla.

La película comienza con John McClane llegando al aeropuerto de Los Ángeles. La primera información que nos dan del personaje es que es policía, pues se lo dice al tío random que se sienta a su lado en el avión después de que este le dé un consejo de mierda sobre quitarse los zapatos para relajarse. Este detalle no es fundamental en la trama, pero aporta bastante a las futuras escenas de acción y da pie a algún chascarrrillo.
Tras salir del avión John es recogido por Argyle, un novato chófer de limusina. En primera instancia Argyle no es usado para introducirnos un personaje más, sino que es usado para presentarnos formalmente a John. Gracias a la conversación que tienen sabemos por qué está en Los Ángeles y que su matrimonio no está en una buena situación. Ya en el Nakatomi Plaza, el edificio donde trabaja la mujer de John, Holly, vemos por primera vez la avanzada tecnología del edificio, porque como dice el vigilante de seguridad: si tienes que mear el ordenador te dice dónde está la bragueta. Aquí hasta los personajes más secundarios tienen personalidad. Mientras todo esto sucede Argyle se queda literal y figuradamente aparcado, y sus siguientes apariciones a excepción de las dos últimas se verán limitadas a breves respiros cómicos, lo justo para que no nos olvidemos de él.

Cuando John llega al piso 30 del Nakatomi conoce a Takagi, el jefe de la empresa, y a Ellis, el compañero de trabajo que no nos cae bien.
La película avanza con el drama de pareja mientras los terroristas entran en el edificio. Lo interesante de la escena esta vez es la música, pues es la que nos indica que algo malo pasa con estos tipos y queda verificado con el disparo al vigilante con personalidad. Cuando los terroristas llegan al piso 30 ocurre la primera intervención de Hans, interpretado magníficamente por Alan Rickman. Mientras el jefe se esconde Hans te cuenta la biografía de Takagi, porque no puede quedar ningún personaje sin desarrollar y a este se lo van a cargar en los próximos diez minutos de película. Es en este tiempo cuando los malos revelan su plan de robar dinero, para lo que tendrán que obtener 7 claves de la caja fuerte, la cual una es imposible de conseguir según el informático malo. Pero bueno, son optimistas y siguen hacia delante con el plan.
La astucia de Hans entra en juego cuando John hace sonar la alarma de incendios pues no solo controla la situación sino que pide a sus colegas que investiguen el piso donde suena la alarma. En ese piso tenemos la primera escena de acción y el primer terrorista muerto, curiosamente de forma accidental, pero John toma ventaja del accidente para mandar un mensaje navideño a Hans y compañía. Aquí toma forma otro personaje: Karl. Y es que da la casualidad de que el terro muerto es el hermano de Karl. Porque un malo chungo mola, pero un malo chungo con una historia de venganza personal a cuestas mola más.

La acción sigue y prosigue con McClane correteando descalzo por el edificio intentando contactar con la poli mientras los malos corretean por el edificio buscándole y de vez en cuando encontrándole. La diferencia ahora es que ahora los terroristas no mueren accidentalmente, gracias al “consejo” de uno de ellos. En estas escenas destacan los planos de cámara que nos dan una sensación de estrechez en los pasillos del edificio y los conductos de ventilación, así como nos muestra las estructuras de los pisos donde se desarrolla la acción para que no nos perdamos en ningún momento.



La poli recibe el aviso y entra en escena Al Powell, que a lo largo de la historia demostrará su gran intuición como policía. Y es que si este hombre hubiera estado a cargo de la operación antiterrorista la película hubiera acabado en los quince minutos siguientes, pero por fortuna del espectador tenemos al mando a personajes mucho más ineptos que nos regalan más escenas de acción. Es en la incursión que la poli hace en el edificio donde se nos muestra que los terroristas del Nakatomi no son una amenaza cualquiera, y que el jefe de policía de Los Ángeles no tiene ni idea de cómo manejar la situación.
Otro papel fundamental de Powell es ser el único apoyo moral de McClane y lo interesante de la relación de ambos personajes es que nosotros vamos conociendo a Powell al mismo tiempo que John.

En la fiesta tenemos más desarrollo de Holly y su capacidad de liderazgo y de Ellis y su capacidad de cagarla, mientras que fuera del edificio se abre una pequeña subtrama protagonizada por un periodista que intenta sacar información sobre McClane. Gracias a ambas subtramas cuidadosamente hiladas Hans averigua todo lo que tiene que saber de su enemigo. También gracias a la tele los personajes y los espectadores sabemos un poco más acerca de Hans Gruber. La televisión es un elemento que no solo sirve de información entre el interior y el exterior del Nakatomi sino que sirve de medio de información entre nosotros y la propia película.
Se nos presentan críticas al periodismo en varias ocasiones: los expertos hablando en programas sin tener información suficiente, la enemistad entre los propios periodistas y sus recursos sucios para obtener lo que quieren.

Pasamos ahora a hablar del FBI y sus agentes Johnson que todo lo hacen mal a pesar de creer estar haciéndolo bien. Gracias a su estrategia de cortar la luz los terroristas pueden abrir la última cerradura. Un milagro sí, hasta ellos lo saben. Este triunfo de los malos queda muy bien acompañado con el himno de la alegría de fondo, siendo mucho más satisfactorio si te diste cuenta de que en otra escena previa Hans silbaba la misma melodía.

Hablando de Hans, es casi gracioso cómo el personaje mantiene durante gran parte de la película un tono frío y calmado y a medida que le van tocando las pelotas se va enfadando más, dando lugar a un Hans más impulsivo e irreflexivo. A lo largo de la película va dando más relevancia a matar a John que a huir con el dinero, y al final es lo que le cuesta la vida. Ya tenía lo que quería y solo le quedaba escapar, pero en lugar de eso decide vengarse de McClane.
Ya en la escena final tenemos la famosa caída de Gruber desde el Nakatomi. Un detalle curioso es que el malo se engancha de Holly del mismo reloj del que presumían sus compañeros al comienzo de la película.
No me olvido de Argyle, quien vuelve a tener relevancia al evitar que el informático escape con el dinero. Aplaudo a los guionistas en este caso porque consiguen darle otra función importante a un personaje que ya había servido a la trama.

Llega el final y las dos subtramas abiertas se cierran rápida y eficazmente: el periodista recibe lo que se merece, o sea un puñetazo, y Powell mata a Karl superando así el trauma que le impedía disparar armas. No se explica cómo Karl seguía vivo después de que le ahorcasen con cadenas y explotasen el piso donde él estaba, pero se necesitaba un terrorista vivo para cerrar la trama de Powell y la verdad es que no hay ningún candidato tan badass como Karl.

Lo que más me gusta de Die Hard como saga es la importancia que se le da a cada personaje. A todos se les dota de personalidad y eso consigue que los diálogos se vean muy naturales. Si algo no está puesto para desarrollar a un personaje es porque hace avanzar la trama. Al final nada sobra.

La cinta termina con el Let it snow de Frank Sinatra porque no podemos olvidar que al fin y al cabo es una peli navideña con todos sus elementos: un hombre que vuelve con su familia por Navidad, una pareja reconciliándose, una fiesta de empresa, hay amistad, dinero, explosiones…
Tengo por costumbre verla todos los 25 de diciembre, y como diría Argyle: si así paso yo la Navidad, ¡imaginaos el año nuevo!

¡Bienvenidos a Nueva Attilan, feliz Navidad, feliz 2018, y yippie kay yay, hijos de puta!